Nuestra celebración: Eucaristía por San Francisco Javier.
Este 3 de diciembre de 2023 nos hemos reunido para celebrar la eucaristía por nuestro patrón de los misioneros y propagador de la fe. San Francisco Javier.
Primer misionero Jesuita.
Francisco Javier (1506-1552), fue el primer misionero jesuita. Sirvió de inspiración ya que, tras él, muchos otros entraron en la Compañía de Jesús y decidieron ir a evangelizar regiones por todo el mundo. Fue uno de los fundadores de la Compañía de Jesús junto con otros 7 hombres. Realizó su primera misión a India incluso antes de que la Compañía fuese considerada oficial por el Papa Pablo III.
Sus primeros años.
Javier nació en el Castillo de Javier, el 7 de abril de 1506, en la localidad navarra de Javier, sede de nuestra congregación y lugar de nuestra Casa Madre.
En 1525 fue a París a estudiar en el Colegio de Santa Bárbara. Allí tuvo como compañero a Pedro Fabro. Años después ambos conocieron a Ignacio de Loyola (Iñigo López de Loyola) que se dedicaba a la oración. Esta amistad despertó rápidamente en Fabro el interés por ser sacerdote, sin embargo, no ocurrió lo mismo con Javier. Este tenía aspiraciones de terminar su carrera universitaria. En 1533, los tres amigos seguían compartiendo habitación en el Colegio de Santa Bárbara y fue en este momento cuando Ignacio, considerado el guía espiritual de estos, consiguió despertar en Javier su deseo de pertenecer a Dios. El 15 de agosto de 1534, los tres amigos junto con otros cuatro compañeros hicieron voto privado de pobreza, de castidad y de ir a Tierra Santa a convertir infieles.
Ordenado sacerdote.
En 1537 Javier, Loyola y otros cuatro viajaron a Venecia para ser ordenados sacerdotes y con la intención después de ir a Roma a pedir permiso al Papa para su peregrinaje. Javier llegó a Roma en abril de 1538 y comenzó a predicar en la iglesia de San Luis de los franceses.
El papa Pablo III, antes de aprobar la nueva orden, pidió a Ignacio que por mandato del rey Juan III de Portugal, enviara a dos de sus compañeros a la nueva colonia de India. Ignacio eligió a Simón Rodríguez y a Nicolás de Bobadilla, pero éste último se puso enfermo y no pudo ir. Así que eligió a Javier, que era el único que no tenía un trabajo establecido, aunque a pesar de esto ya no volviese a ver a su amigo nunca más.
Rumbo a India: Lisboa
En 1540 Javier y Rodríguez llegaron a Lisboa a finales de junio, pero no pudieron zarpar rumbo a India así que se quedaron allí predicando y asistiendo a los presos. Estos le encantaron al Rey y decidió que uno de los dos se quedase formando un colegio, este fue Rodríguez y así Javier partió como primer jesuita y como otorgamiento del Papa nombrado nuncio apostólico, lo cual le daba autoridad sobre todo el clero de Goa.
Rumbo a India: Conversión
En su viaje en la India Javier trabajó con leprosos, presos y convirtió a más de 10.000 personas a pesar de no conocer la lengua y tener que disponer de intérpretes. Además de nombrar catequistas que siguieran proclamando la palabra de Dios mientras él viajaba a través de India.
En 1547 conoce a Ajiro un hombre japones, que estaba interesado en hacerse cristiano, le habló de Japón. A partir de aquí Javier empezó a dejar todo preparado para poder partir a Japón, dejando en Goa a dos jesuitas preparados y nombrados por él. Salieron de Malaca en junio de 1549 y llegaron el 15 de agosto a Kangoshima, al sur del Japón, de donde era Ajiro.
Japón:
El primer año en Japón no tuvo sus frutos, tan solo 200 conversiones. Javier estaba convencido de que para llegar al pueblo japonés primero tenía que convertir al Emperador, el problema era que no tenía la posibilidad de llegar hasta él. En 1551, llegaron Javier y el hermano Juan Fernández contratados como criados, pero no funcionó. Tras años en Japón se dieron cuenta que la figura más importante de Japón no era el Emperador, sino el Daimyo de Yamaguchi y que no llegarían a él vestidos de manera pobre. Se vistieron con ropas de seda, alquilaron caballos y le hicieron regalos al Daimyo. Además de mostrarle cartas y referencias tanto del rey de Portugal como del Papa Pablo III. Esto impresionó al Daimyo y dio libertad a los jesuitas para predicar la religión cristiana, lo que favoreció que en tan solo 6 meses ya había 500 conversiones.
Cuando Javier se disponía a dejar Japón, para volver a India, nombrando un nuevo jesuita en su puesto hasta que él volviera. Un tifón arrastró la nave hasta que llegaron a China, descubrió un nuevo lugar lleno de oportunidades que le dejó fascinado. A finales de diciembre Javier llegó a Singapoore donde recibió una carta en la cual Ignacio le nombrava “Provincial de las indias y países más allá de ellas”.
Descubriendo China
Cuando Javier pensó que era tiempo de dejar Japón se trajo al hermano Cosme de Torres a Yamaguchi para que ocupase su puesto, y así poder volverse a la India. Partió en septiembre de 1551 y logró un barco que iba a Malaca. Esperaba poder volver a Japón al año siguiente, pero el barco fue presa de un tifón que lo desvió de su ruta unas mil millas. El 17 de diciembre la nave entraba en el puerto de Cantón y echaba anclas ante la isla de Sancian. Cuando Javier miró aquella China tan cercana, sintió que aquel continente le llamaba. Los dos jesuitas pudieron subir a un barco que se dirigía a Singapoore, a donde llegaron a fines de aquel mes. Allí encontró Javier una carta de Ignacio que le nombraba provincial de “las Indias y países más allá de ellas”.
Últimos años.
En 1552 volvió a India y se le pidió que volviera a Roma para informar de la situación de su misión, pero él no quería hacerlo hasta que no llegase a China el cristianismo. Ese mismo año navegó hasta la bahía de Cantón y de ahí a la isla de Sancian, lugar de contrabandistas y mercaderes portugueses. Nadie quería arriesgarse a llevarle a China y el único que si lo hizo le engaño y desapareció con su dinero.
El 21 de noviembre cayó con fiebre y estuvo 7 días en coma. El 1 de diciembre recuperó la consciencia y se entregó a la oración. Fallece el 3 de diciembre de 1552 en la isla. Años más tarde sus restos se trasladas a Malaca y de ahí a Goa, donde recibieron sepultura en la iglesia del Bom Jesus.
Fue canonizado en 1622. El año 1910 era nombrado patrón de la propagación de la fe y en 1927 patrono de las misiones.