Construyendo puentes solidarios
Sin duda que podemos decir que Japón queda muy lejos de África, lejos en cuanto a:
- Distancia física casi 12.000 kilómetros entre Japón y el Chad. Casi 1.000 más para llegar a Camerún. Y otros tantos para la República democrática del Congo.
- Distancia cultura: los japoneses son más introvertidos, los africanos en general mucho más vitales.
Pero hay algo que nos une y donde no existen diferencias:
Nuestro corazón ha aprendido a latir
con otras melodías y otros ritmos.
Nuestros pies han hecho camino
al andar por otras tierras.
Nuestras manos,
al estrechar otras manos,
se han abierto al compartir.
Nuestra voz ha proclamado tu nombre:
otros hijos del Padre le alaban,
nuevos hermanos parten tu Pan”.
Así como reza nuestra oración del cincuentenario de la fundación (en 2024 cumpliremos 80), los pueblos y gentes con los que cada día compartimos la vida, también se han abierto a la generosidad y a la solidaridad.
Esta vez son los niños del Japón que han ido ahorrando sus yenes para solidarizarse con los más pequeños de nuestras misiones en África:
Con el aporte de los pequeños se han comprado:
Tapices para dormir y platos para las niñas Kwong del Internado de Ba Illi en el Chad
Juegos – saltarines para los niños de la escuela maternal San Francisco Javier de Abéché en el Chad.